Las fiestas de cumpleaños se pueden beneficiar mucho de la contratación del servicio de profesionales capaces de aportar un toque divertido a la celebración.
Un cómico infiltrado o un camarero falso tienen la oportunidad de llevar al desarrollo de la fiesta de cumpleaños un toque surrealista que haga que todos los asistentes se lo pasen muy bien.
Siempre buscando el humor, se puede confiar en ellos para amenizar fiestas de cumpleaños en las que participen personas de todas las edades.
El cómico infiltrado
Todos los asistentes están disfrutando de la fiesta de cumpleaños cuando algo comienza a ser extraño. Hay una persona que no se comporta como debería y que se sale de los estándares. Todo lo que hace provoca carcajadas en los asistentes. No encaja. ¿De quién se trata? Eso es lo que se preguntarán los asistentes mientras se lo pasan bien al ver que la fiesta de cumpleaños está siendo amenizada por un infiltrado anónimo que parece tener muy poco que ver con la celebración.
Es una forma de llevar la comedia directamente dentro de la fiesta para que se convierta en algo natural y orgánico de lo que puedan disfrutar todos los asistentes. Un infiltrado que no dejará a nadie indiferente.
El camarero falso
La figura del camarero falso también se puede convertir en una presencia inolvidable en cualquier fiesta de cumpleaños. Él no será el único camarero de la sala, pero sí contará con una presencia importante, dado que será el que destaque sobre los demás. Servirá equivocándose y tendrá muchos despistes con el objetivo de crear la confusión y divertir a los participantes de la fiesta.
Su poca profesionalidad se plasmará en acciones que dejarán asombrados a los asistentes a la fiesta. Por ejemplo, le veremos cómo se toma una copa de vino en el momento en el que esté a punto de servirla a alguno de los invitados. También habrá situaciones en las que reaccionará de manera imprevisible teniendo en cuenta lo que deberíamos esperar de un camarero contratado para la celebración. Es otra garantía para pasarlo bien.
Los niños y los adultos, ¡garantizado! La verdad es que en general a los invitados se les queda una cara de circunstancias… Nadie sabe qué está pasando exactamente, no saben si enfadarse o reírse (los niños se ríen, claro) y se dan situaciones muy divertidas. Si algún día quieres probar, ya sabes. Pero sobre todo no digas nada de nada a nadie. Cuánto más secreto, mejor 🙂
Es una idea genial!, los niños seguro que se reirian muchísimo!